Los valles del Narcea y del Navia atesoran desde tiempos inmemoriales las cepas que hoy vuelven a dar vida al vino de Cangas, un caldo joven o de crianza en cuya elaboración se mantienen las prácticas tradicionales, aplicando procesos tecnológicos y enológicos modernos, orientados a la mejora del producto final. Para ello, las bodegas acogidas a la Denominación de Origen Protegida han realizado un importante proceso de modernización en sus instalaciones.
Los caldos calificados como Denominación de Origen Protegida “Cangas”, presentan las cualidades organolépticas de los vinos tradicionales de la zona en cuanto a color, aroma y sabor, con aspecto limpio, brillante y adecuado equilibrio alcohol/acidez. Son vinos de perfil atlántico, de viticultura de montaña, con variedades únicas y con un grado alcohólico entre 12% y 14% en los tintos y del 11% y 13% en los blancos para los vinos jóvenes. También se elaboran vinos de crianza.